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Historia Isidro Fabela Estado de México

En memoria del internacionalista Isidro Fabela Alfaro, actualmente nuestro municipio lleva su nombre. El licenciado Isidro Fabela Alfaro nació en Atlacomulco, Estado de México, el 28 de junio de 1882. Se graduó de abogado en 1908, ejerció su profesión y el magisterio, fue diputado federal, secretario de gobierno del estado de Chihuahua, encargado de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el gobierno de don Venustiano Carranza, en donde colaboró para precisar las bases de la política internacional de la Revolución Mexicana. Fue representante de nuestro país ante diversos organismos internacionales, se destacó en la Liga de las Naciones haciendo oír la voz de México en defensa de la República Española, de Etiopía, Australia y Finlandia. Por muchos años fungió como miembro de la Corte Internacional de La Haya, Holanda. Doctor Honoris Causa de la UNAM. Fue gobernador del Estado de México. Falleció el 2 de agosto de 1964.

El municipio se ha conocido con los siguientes nombres: Tlazallan, época Prehispánica; Santiago Tlazala, inicios de la Época Colonial, a partir de 1820, lo que hoy son este municipio y el de Jilotzingo formaron la municipalidad de Monte Alto. El 19 de mayo de 1862, el general Francisco Ortíz de Zárate, gobernador y comandante militar del Estado de México, emitió el siguiente decreto: "??Artículo único.- Entre tanto el congreso del estado resuelve lo conveniente respecto a la división territorial, se declara cabecera de la municipalidad de Monte Alto, el pueblo de Santiago Tlazala"?. Nuevamente Santiago Tlazala, el 13 de mayo de 1868, por decreto número 37, se dividen los municipios de Santa Ana Jilotzingo y el de Santiago Tlazala. Recibe el nombre de  Iturbide, el 3 de septiembre de 1874, por decreto número 30 se nombra Iturbide en memoria del licenciado Sabás Iturbide, quien al lado de Nicolás Romero, participó en la Guerra de Reforma. Isidro Fabela, por decreto número 29 del primero de abril de 1979, la legislatura local, a pedimento del pueblo y autoridades, autorizó que el municipio cambiara el nombre de Iturbide por el de Isidro Fabela y la cabecera municipal lleva el nombre de Tlazala de Fabela.

El nombre más antiguo que se conoce de lo que hoy es nuestro municipio, es Tlazalan, derivado del término conocido como aztequismo, y según Olaguibel debe traducirse como tlalli, "??tierra"?; tzala, "??entre"?: "??Entre las tierras"?. La toponimia más aceptada es la que da Olaguibel.

A muchos causará sorpresa que en una región netamente otomí se encuentra un nombre en náhuatl como es Tlazallan, pero no hay que olvidar que al inicio del siglo XV, cuando floreció la Triple Alianza que consolida el imperio azteca, esta región fue dominada por dicho imperio y se le imponen nombres aztecas a los poblados.

La mayoría de los historiadores están de acuerdo en señalar que el pueblo otomí es uno de los que primero habitaron la región de los grandes lagos, aunque a la llegada de pueblos con mayor grado de civilización y mejor preparados para la guerra, éstos fueron desplazados a las montañas que rodean el valle de México.

Juan Carlos E. Buschaman, en un artículo titulado "??De los nombres de lugares aztecas"?, que fue publicado en Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1860, y que traducido del alemán por Oloardo Hassey, en la página 38, nos dice. "??Los otomíes eran en la antigüedad una nación bárbara y salvaje de cazadores: independientes, sin jefe, sin casas, viviendo en cuevas, habitaban con los chichimecas, un grande distrito al norte de México, desde la cadena de montes que encierra el valle de México. Según Ixtlixóchitl vinieron junto con los acolhuis. En el siglo XV se dedicó una parte de ellos a la agricultura, fabricó ciudades, aún en el valle de México y se unieron a la corona de México y de Acolhuaca; otros se dispersaron entre los matlazincas y tlaxcaltecas; los últimos los empleaban en sus ejércitos para guarnición de los lugares en las fronteras, conservaban en todas partes su lengua, la que es una de las más extendidas de México; pero la mayor parte de ellos quedó como los chichimecas, en su estado salvaje y dieron aún después de la conquista, que hacer a los españoles"?.

Es comprobable que por el año 900 de nuestra era la región que hoy forman los municipios de Isidro Fabela, Jilotzingo, Nicolás Romero y hasta llegar a Jilotepec, ya estaba habitada por los otomíes.

Los otomíes fueron dominados por los chichimecas desde el siglo XII hasta el año de 1406 en que reinó Ixtlixóchitl; después de ese año ocuparon el trono de Acolhuacan los tiranos Tezozómoc y Maxtla, que se identificaban dentro de la dominación tepaneca.

Cuando el imperio chichimeca entró en decadencia, se inicia la Triple Alianza que consolidó el imperio azteca y la región que nos ocupa quedó encuadrada dentro del reino de Tlacupan, lo anterior ocurre cuando los mexicas principian la reconstrucción del imperio de los vencidos y crean un imperio descentralizado y tripartita según el molde tolteca. No destruyeron el modelo de sus antecesores, sólo mudaron la capital de Azcapotzalco a Tlacupan (Tacuba)

Es durante el reinado de Tlacupan, o sea de 1427 a 1520 en que llegaron los conquistadores, para que lo que hoy es Cahuacán se convirtiera en cabecera de distrito de la provincia tributaria de Cahuacán, dentro de la cual queda encuadrada Tlazallan.

Apenas los españoles habían derrotado totalmente a los aztecas, inmediatamente tramitaron mercedes reales para explotar las tierras que rodeaban a la capital de la Nueva España.

La galería cuatro del Archivo General de la Nación, contiene toda la documentación correspondiente a mercedes, tierras e indios que se originó en el período colonial, sin embargo, solo se ha podido identificar unos cuantos documentos relativos a este municipio, pues muchas de las mercedes citan a Azcapotzaltongo o Cahuacán y se refieren a terrenos ubicados en lo que hoy es este municipio; se requiere de un trabajo exhaustivo de investigación para identificación de predios.

De la época Colonial data la construcción de la parroquia de Santiago Tlazala, que es uno de los atractivos de la cabecera municipal, ya que es un bello edificio colonial.

En 1820 ya para finalizar la etapa colonial, y en virtud de haberse instaurado en España la constitución de Cádiz, se crearon municipalidades, con un territorio que hoy ocupan los municipios de Isidro Fabela y Jilotzingo, se creó la de Monte Alto, municipalidad que en 1824 al formarse el Estado de México adquirió rango constitucional y quedó encuadrada en el cuarto distrito con cabecera en Tacuba.

Por fin después de 11 años de lucha y tres siglos de dominación española, el 24 de agosto de 1821, el recién llegado virrey don Juan O"??Donojú, teniente general de los ejércitos de España y don Agustín de Iturbide, primer jefe del Ejército Imperial Mexicano de las Tres Garantías signan los Tratados de Córdoba, que están basados en el Plan de Iguala y con esa fecha se consuma la Independencia de nuestro país.

Ya quedó asentado en este trabajo que el 2 de marzo de 1824, nace el Estado de México, lo que hoy es Isidro Fabela, formando parte del municipio de Monte Alto, queda encuadrado dentro del cuarto distrito con cabecera en Tacuba. El 18 de julio de 1825, mediante el decreto número 49, la cabecera de este distrito es cambiada a Tlalnepantla.

En 1828, apenas transcurridos 7 años de la consumación de la Independencia el teniente coronel Manuel Reyes Veramendi, inició un pronunciamiento en contra de los españoles que vivían en México, a quienes culpaba de todas las desgracias de nuestra patria. Este pronunciamiento está fechado en Paso de la Cuesta Grande, Monte Alto, México, en septiembre 27 de 1828.

El 12 de junio de 1838, nuevamente vecinos de Monte Alto iniciaron un nuevo pronunciamiento, esta ocasión en favor del sistema de gobierno federal. Esta escaramuza, que según consta en el Archivo Histórico, fue rápidamente dominada, estaba encabezada por Antonio Mayén, Rafael y José García, Mariano Velázquez, Ignacio Díaz y Manuel Parra; sin duda vecinos de lo que hoy es Jilotzingo. Consta en el archivo de referencia que hubo acciones en San Miguel Tecpan, Espíritu Santo y Monte Bajo, incluso se cita la hacienda de Santa Mónica.

La situación del país era bastante crítica durante la presidencia de Comonfort (1856), a eso debemos de sumar las nuevas complicaciones debidas a las reclamaciones extranjeras. En medio de tal situación continúa sus trabajos el congreso constituyente que por fin el 5 de febrero de 1857 proclama la nueva Constitución, que dentro de sus principios declara una tendencia liberal y deja plasmada la libertad de enseñanza y la tolerancia de cultos; en su primera parte se plasman también las garantías individuales; queda consagrada la soberanía popular y la organización del gobierno constituido por los tres poderes que a la fecha conocemos. Es a partir de esta constitución en que nuestro país queda organizado como República representativa, popular y federal.

Naturalmente este documento, que debería regir la vida política de la naciente República, fue combatido por los conservadores a los que se les desmoronaba su mundo de privilegios; los principales opositores eran los componentes del clero, quienes estaban totalmente en contra de la Ley del Registro Civil, que sacaba de sus dominios hasta los cementerios.

El presidente Comonfort se opuso a aplicar esta Constitución pues la consideraba demasiado radical y dio un golpe de estado, que como resultado lo obligó a abandonar el país; esto, entre otras consecuencias originó que el licenciado Benito Juárez, que era el ministro de la Suprema Corte de Justicia, asumiera la Presidencia de la República.

Juárez no pudo instalar su gobierno en la capital de la República, e inició un peregrinar y una lucha que había de durar tres años, partiendo del año 1858, período histórico conocido como la Guerra de Reforma.

En el año 1858 Eulalio Núñez se incorpora a las filas del Ejército Republicano y de inmediato se le concede el grado de capitán.

Es indudable que tanto en la llamada Guerra de Reforma como en la lucha contra la intervención francesa, habitantes de lo que hoy es el municipio de Isidro Fabela, tomaron parte activa.

Para el 5 de mayo de 1862, los franceses en número de cinco mil, habían logrado avanzar hasta llegar a Puebla en donde iniciaron el ataque a la guarnición mexicana, comandada por el general Ignacio Zaragoza. Los invasores, como no habían encontrado resistencia confiaban demasiado en su superioridad bélica; pero los mexicanos los rechazaron y lograron ponerlos en vergonzosa fuga.

El 19 de mayo de 1862, el general Francisco Ortíz de Zárate, gobernador y comandante militar del Estado de México emitió el siguiente decreto: "??Artículo Unico.- Entre tanto el congreso del estado resuelve lo conveniente respecto a la división territorial, se declara cabecera de la municipalidad de Monte Alto, al pueblo de Santiago Tlazala"?.

Al año siguiente, 1863, Francia envió contra México un ejército de 20 mil soldados, a los que se unieron 9 mil mexicanos que estaban a favor del imperio. El 17 de mayo de este año tomaron Puebla y posteriormente este ejército se diseminó por casi toda la República. Esta época es conocida como Segundo Imperio o Intervención Francesa.

La tradición oral popular, nos dice que los franceses llegaron a Santiago Tlazala, situación que se ha podido comprobar con documentos existentes en los archivos; la tradición nos dice que existió un general llamado Lorenzo Hernández y que éste, en compañía de Santos de Rosas derrotaron a los zuavos en un lugar conocido como La Muralla.

No fue posible encontrar documentación que acredite este hecho de armas, aunque se comprobó que Lorenzo Hernández sí era militar.

El 13 de mayo de 1868, siendo gobernador provisional del Estado Libre y Soberano de México el licenciado Cayetano Gómez y Pérez, la legislatura local emitió el decreto número 37, que en el artículo sexto dice: "??Se divide la municipalidad de Monte Alto, del distrito de Tlalnepantla, en dos que serán las de Santa Ana Jilotzingo, formada del pueblo de ese nombre, y de los de Santa María Mazatla, San Luis Ayucan y San Miguel Tecpan, haciendas de San Nicolás Apaxco y San Antonio Bata y ranchos Xinté y Espíritu Santo; y la de Santiago Tlazala, que quedará formada con todos los pueblos, haciendas, rancherías y ranchos que pertenecían a la Santa Ana Jilotzingo que se erige por este artículo"?.

En septiembre 3 de 1874 siendo gobernador constitucional del Estado de México el licenciado Alberto García, la legislatura local, en decreto número 30 ordenó lo siguiente: "??Que el municipio de Santiago Tlazala, en lo sucesivo se denominará Iturbide y se le agregará el pueblo de Transfiguración y el rancho de Las Majadas que pertenecía al municipio de Jilotzingo"?.

Durante la época del Porfiriato, que se inicia el 23 de noviembre de 1876, no ocurren hechos significativos en lo que hoy es el municipio, aunque dentro de los documentos referentes a este etapa se encuentra lo siguiente:

El 11 de mayo de 1895, por decreto número 23, se segrega de la municipalidad de Iturbide el pueblo de Transfiguración y el rancho de Las Majadas, y se agregan a la municipalidad de Monte Bajo.

El Porfiriato termina el 25 de mayo de 1911, cuando el anciano general Porfirio Díaz, obligado por los triunfos revolucionarios, presenta su renuncia. Aunque debe mencionarse que del 1º de diciembre de 1880 al 30 de noviembre de 1884, asumió la presidencia el señor Manuel González.

Es durante esa época histórica cuando en Tlazala se escenifican numerosos combates en los que nuestros abuelos participaron.

Aquí fue un importante reducto zapatista, y las colinas que rodean la cabecera municipal, fueron testigos de cañoneos y ametrallamientos, carreras, huidas y derramamiento de sangre.

En esta lucha muchos vecinos del municipio participaron, entre ellos el general zapatista Martiniano Osnaya, quien se enroló en las fuerzas sureñas el 9 de febrero de 1913 con el grado de coronel.

Al término de la lucha revolucionaria, poco a poco la calma retornó al municipio, aunque no fue un proceso fácil el que nuevamente se iniciaran las actividades económicas y políticas, por ejemplo: es hasta el año 1920 cuando se reiniciaron las labores del Registro Civil y probablemente del ayuntamiento.

Según tradición oral, más de 50 por ciento de la población emigró de estos contornos, muchos no regresaron, otro alto porcentaje murió en los combates.

En 1910, el municipio de Iturbide tenía ya 2,839 habitantes, de los cuales 1,441 eran hombres y 1,399 mujeres. Iturbide tenía más del doble de habitantes que el municipio de Coacalco, 861 moradores menos que el de Atizapán de Zaragoza y el 30 por ciento de los que vivían en el municipio de Tlalnepantla. En ese año se registraron 89 nacimientos, 103 defunciones, de las cuales 46 correspondieron a menores de edad.

En el año que se revisa y que marca el inicio de la Revolución, en el ese entonces municipio de Iturbide ya se contaba con comunicación telefónica a través de una red que comprendía: Tlalnepantla, Atizapán, Nicolás Romero, Transfiguración, Iturbide y Jilotzingo.

Desgraciadamente no se cuenta con información que nos indique el número exacto de habitantes al término de la lucha armada; pero es de suponerse que estos llegaban apenas al millar. En 1960, 43 años después de haber terminado la Revolución, el municipio apenas tenía 2,728 pobladores.

Con esfuerzo y gran dedicación y ya gozando de paz, poco a poco se fueron reconstruyendo las viviendas, la presidencia municipal, la iglesia.

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