» Durango » Suchil
Súchil es un nombre que evoca épocas remotas, que hablan del encuentro entre los conquistadores y la tribu michi; momentos cruciales en los que lo mismo se recibe al europeo con flores (xóchitl o súchil), que se traban cruentas batallas como la que sostiene Tohue y en la que Francisco de Ibarra lo derrota, orillándolo al suicidio, '€œsacrificio sublime por la libertad'€Â.
El Valle de Súchil se conoció antiguamente como Chimalco, posiblemente en la época de esplendor de la vecina población de Chalchihuites, ahora perteneciente al Estado de Zacatecas. Florecieron aquí culturas emparentadas con las del Valle de Anáhuac, que dejaron en todo el municipio muestras sorprendentes de su desarrollo.
Desde 1555, con la llegada de los franciscanos, se inició la evangelización de la zona. De fray Jerónimo de Mendoza nos habla el padre Arlegui '€œ... y paró a las orillas de un río que hoy llaman de Súchil, que es lo mismo que en castellano rosa o flor, dónde halló muchos indios zacatecanos, quienes lo recibieron muy bien y de quienes también fue admirado'€Â.
Como quiera, la conquista se consolidó con el arribo de Ibarra y la región de Súchil cobró el vigor propio de las tierras que se adaptaron plenamente al modelo de vida dictado por los españoles. Cultivos y minas aportaron la materia que produjo grandes fortunas. Una de ellas, la de José de Campo Soberón y Larrea, incalculable.
Todavía se puede apreciar en toda su magnificencia la riqueza de la cabecera de su condado, soberbio palacio construido al descender la colina que se yergue en las inmediaciones del valle, punto infranqueable entre Durango y la capital del reino novohispano. Hasta ahí arriban los viajeros con sus cargas de plata buscando la seguridad y el descanso en la larga travesía. La Hacienda de Mortero prolongó su existencia más allá del período colonial.
A la hacienda arribó en 1767 el caballero de Croix con la consigna de expatriar a los jesuitas y hasta ella llegaron los misioneros de la Compañía buscando alimento y agua, aunque inútilmente, su destino estaba sellado y nada impediría su expulsión.
La región se consolidó en torno a Nombre de Dios, punto importante en el mapa de la época virreinal y así transcurrió un largo período hasta que se fue reconociendo como municipalidad, adquiriendo por corto tiempo vida independiente.
En la última etapa de la Revolución cambió su capital a la población de Vicente Guerrero, hoy importante centro urbano, que pertenecía a Súchil. En 1952 vio segregado su territorio para que surgiera otro municipio y regresó la capital a Súchil, recobrando la tranquilidad de los viejos tiempos.
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